Por más mujeres científicas: Universidades deben brindar más soporte para cerrar brechas de género

De acuerdo a datos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), las mujeres representan solo 29.2% del total de estudiantes matriculados en carreras de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). Conoce algunas propuestas para mejorar la situación de las científicas en Perú en estas cuatro investigaciones del Consorcio de Investigación Económico y Social (CIES), ganadoras del 2do Concurso Mujeres en la Ciencia.
Un soporte necesario
Existe el estereotipo de que las ciencias tienden a ser una actividad masculina, que los hombres son mejores con los números y que las mujeres son muy delicadas para carreras de ciencias o no están interesadas en el esfuerzo intelectual que exigen estas carreras. A ello se suma que, en la etapa escolar, las estudiantes no reciben suficiente información sobre lo que es la ciencia, su importancia para el desarrollo de la sociedad o el aporte que han hecho las mujeres a este campo.
Para lograr que más mujeres se incorporen a carreras de ciencias, es necesario promover un mejor entendimiento de lo que es la ciencia, mostrándola como positiva y accesible. Las currículas deberían poner mayor énfasis en cursos de ciencia y tecnología, con docentes que incentiven el interés de las niñas y adolescentes. Además, es importante que los padres de familia brinden un estímulo positivo sobre sus habilidades para las ciencias.
Así lo explican Beatrice Avolio, Carlos Vilchez, Gemma Pezo, Jessica Chávez, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la investigación “Factores que influyen en el ingreso, participación y desarrollo de las mujeres en carreras vinculadas a la CTI”.
Los investigadores proponen que las universidades recurran a estrategias de reclutamiento de mujeres en carreras de CTI, yendo a los colegios. Sin embargo, resaltan que no basta con contar con más mujeres en estas carreras, también es importante que los ambientes académicos y laborales sean atractivos para que las mujeres se desarrollen en sus carreras. Para ello, tanto las familias como los docentes juegan un rol fundamental.
Esos son algunos de los hallazgos de la investigación “Intereses, persistencia y metas: Una aplicación desde el Modelo Social Cognitivo del Desarrollo de la Carrera en mujeres estudiantes de ingeniería en Universidades de Lima Norte”, realizada por Rosmery Ramos-Sandoval y Jano Ramos-Díaz, de la Universidad de Ciencias y Humanidades.
Discriminación en la universidad y en el trabajo
En la investigación “Sumajg Warmi: situación, retos y oportunidades de mujeres científicas en las costa, sierra y selva del Perú”, el equipo conformado por Gladys Rivera, Joshelyn Paredes, Karla Fernández, Rita Nieto, de la Universidad Católica Santa María, entrevistaron a mujeres investigadoras de la costa, sierra y selva. Ellas narraron que pasaron por situaciones donde se desvalorizó sus capacidades intelectuales y su rendimiento académico estando en el pregrado. En el caso de las docentes de la selva, además, señalaron haber sido víctimas de discriminación étnica.
Tanto docentes hombres como mujeres encuestados manifestaron que han observado desigualdad en la designación de cargos directivos, en el ascenso laboral y en el reconocimiento de logros académicos y de investigación. Además, la mayoría señaló que la maternidad, la lactancia y el cuidado de los hijos, dificulta el desarrollo de las mujeres y su presencia en investigación. Esto se confirma con datos del Registro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Renacyt), donde se observa que apenas uno de cada tres investigadores peruanos es mujer. Por ello, medidas como guarderías en las universidades y la ampliación del permiso de maternidad resultan importantes.
El reto de la investigación de campo
En general, las condiciones laborales para la investigación en Perú son muy limitantes. En las universidades no existen plazas de dedicación exclusiva a la investigación, sino que está dentro de las tareas de los docentes. En aquellas instituciones donde sí figuran puestos de investigación, la mayoría no son contratados con planilla, no cuentan con seguro médico y tampoco tienen protocolos de seguridad para el trabajo de campo.
Las investigadoras que optan por hacer campo, se enfrentan a más retos por el hecho de ser mujeres. Les cuesta más acceder a un puesto laboral y son más vulnerables que sus pares a situaciones que pongan en peligro su integridad —sexual y psicológica— durante el trabajo de campo. Muchas optan por ignorar esos episodios o los normalizan, y como consecuencia se invisibilizan los riesgos específicos que afrontan las mujeres científicas.
De acuerdo al estudio “Mujeres en el campo: retos, contribuciones y oportunidades de la científica peruana en el trabajo de campo”, realizada por Nicola Espinosa, Rocío López de la Lama, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, las investigadoras han adoptado algunas estrategias para continuar sus labores. Por ejemplo, portarse de manera más fría y distante con sus colegas durante el trabajo y tomar medidas de seguridad personal. Como consecuencia, se les percibe como más responsables y eficientes.