Los primeros niveles de atención en salud deberían resolver el 85% de la demanda, pero nuestro sistema es “hospitalocéntrico”

- Nuestro sistema nacional de salud no atiende a tiempo y con calidad a la población. La pandemia afectó aún más esta atención.
- Especialistas resaltan la importancia de las redes integradas en salud como parte del proceso de reforma del sistema.
La emergencia sanitaria por la COVID-19 puso en evidencia las brechas que enfrenta el sistema de salud en Perú. La falta de infraestructura y de personal especializado han sido señaladas como parte de los factores que resultaron en el terrible impacto del virus en nuestro país. En el Día Mundial de la Salud, el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES) comparte los hallazgos de cuatro investigaciones que nos invitan a pensar en los pasos necesarios para reformar nuestro sistema.
Una agenda de cambio
En los últimos años, se ha observado mejoras en distintos indicadores sanitarios: tasas de mortalidad en neonatos, acceso a salud sexual y reproductiva, desnutrición crónica, entre otros. Sin embargo, aún estamos lejos de un acceso equitativo, efectivo y oportuno a servicios de salud de calidad. Como parte del proyecto Perù Debate 2021, los investigadores Janice Seinfeld, Óscar Ugarte, César Amaro, Oriana Salomón y Alfredo Dancuart (Videnza Consultores) presentaron una serie de Cambios en el sistema de salud centrados en el ciudadano.
Las cuatro propuestas que consideraron más importantes fueron:
-Diferenciar la rectoría de la prestación de salud, con distintas unidades de gestión por departamento y por complejidad del nivel de atención en el caso de Lima.
-Disponer de información para la toma de decisiones, articulando la Polìtica Nacional Multisectorial de Salud al 2030 con la Agenda Digital del Sector Salud 2020-2025.
-Ordenar el flujo e incremento del financiamiento en salud.
-Implementar redes integradas de salud que estén enfocadas en las necesidades ciudadanas.
Por su parte, la investigadora Zoila Ponce de León, de la Universidad de Washington and Lee realizó una revisión de estudios sobre la Reforma del sistema sanitario y de salud. Entre otros hallazgos, encontró que hay énfasis en la necesidad de diferenciar el proceso de rectoría de la gestión prestacional. Un punto que coincide con los hallazgos del estudio de Videnza Consultores.
Además, Ponce de León identificó que la inequidad del sistema es un problema señalado con frecuencia. Aún cuando se expandió la cobertura de aseguramiento en Perù, esto no significó mayor acceso a servicios de salud. Distintos especialistas recomiendan mejorar la capacidad operativa, infraestructura y asignación de recursos de la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), para que esta entidad establezca los requisitos mínimos de funcionamiento a los proveedores de salud.
Poblaciones vulnerables
Los investigadores Noelia Bernal, Joan Costa y Patricia Ritter, de la Universidad del Pacífico, quisieron conocer cuál ha sido El efecto del Seguro Integral de Salud en la salud Infantil. Su estudio identificó que este seguro ha tenido un impacto positivo en la reducción de variables relacionadas al sobrepeso y la obesidad. Esto se observa principalmente en Lima Metropolitana y en distritos con más acceso a la oferta sanitaria.
Como parte de sus recomendaciones de política, los investigadores proponen reevaluar los sistemas de selección de beneficiarios de visitas domiciliarias y clases de preparación de alimentos. “Se debe evaluar con mayor detenimiento si estos u otros servicios del sistema público están alcanzando a los asegurados al SIS”, señalaron.
Por otro lado, Noelia Bernal y Javier Olivera de la Universidad del Pacífico evaluaron cuáles han sido los resultados de un extendido programa social en otro grupo vulnerable. El estudio Los efectos de Pensión 65 en la salud de la tercera edad muestra que el acceso al programa, en el mediano plazo, ha resultado en un incremento de reporte de enfermedades crónicas, una mejor ingesta de alimentos y mayor acceso a servicios de salud, entre otros indicadores relacionados a un envejecimiento saludable. Sin embargo, los investigadores también advierten que los resultados son menos auspiciosos al tratarse de mujeres y de zonas de poca infraestructura.
Una de sus propuestas es revisar o actualizar la metodología de focalización en zonas rurales en el proceso de selección de beneficiarios. Además, sugieren hacer un mayor seguimiento de las enfermedades crónicas de las personas de la tercera edad como parte del programa. Y, muy importante, mejorar el acceso a servicios de salud especializados en lugares remotos.