Durante los últimos años, los hogares consideran al crimen como el principal problema del país por encima de la falta de empleo y la corrupción. En el 2016, el 28.8% de los hogares han sido víctimas de algún hecho delictivo (INEI, 2017). De este modo, la criminalidad tiene un impacto directo sobre la economía reduciendo las inversiones o el sector turismo, entre otros. Asimismo, existen otros costos indirectos que no siempre son tomados en cuenta en el análisis: la reducción en la calidad de vida de las personas víctimas de crimen y el trauma que pueden experimentar producto de este. Por ello, resulta necesario investigar sobre el fenómeno de la criminalidad y sus determinantes.
Por otro lado, desde una perspectiva de género, la criminalidad femenina ha sido poco estudiada. Según diversos estudios, la principal causa de que una mujer cometa un delito es la influencia de un tercero, normalmente un hombre con el que tienen una relación de pareja (Briceño, 2005; Del Olmo, 1997; Torres, 2006). Esto nos lleva a pensar que dentro del crimen se reproducen las relaciones de poder existente en la sociedad, donde las mujeres tienen roles distintos y, a veces, subordinados al de los hombres.Durante los últimos años, los hogares consideran al crimen como el principal problema del país por encima de la falta de empleo y la corrupción. En el 2016, el 28.8% de los hogares han sido víctimas de algún hecho delictivo (INEI, 2017). De este modo, la criminalidad tiene un impacto directo sobre la economía reduciendo las inversiones o el sector turismo, entre otros. Asimismo, existen otros costos indirectos que no siempre son tomados en cuenta en el análisis: la reducción en la calidad de vida de las personas víctimas de crimen y el trauma que pueden experimentar producto de este. Por ello, resulta necesario investigar sobre el fenómeno de la criminalidad y sus determinantes.